De tanto esperarte, lluvia
Sabe a caudal El concierto de chicharras.
Sobre la platanilla
Crisálida y silencio Aguardan el vuelo.
Una rama batiente
No sabe de qué color Fue el pájaro que voló.
Entre la arboleda
Guayacán amarillo en flor: El sol del bosque.
Con el verano puesto
Sin partitura, así Canta la chicharra.
Ni un paso
Aventura la iguana En los chamizos del sauce.
En el cebadero
Hasta el ollero Pierde la inocencia.
¿Quién le dará cuerda
Al motorcito De la avispa?
¿Quién conspiró?
En medio del patio Estalló la guanábana.
Mientras escriba poemas
El zancudo Picará tranquilo.
Azaleas florecidas;
Lástima, la abuela Todavía en el hospital.
Para el nochero
El aleteo del murciélago Desgajó un mango.
Ni pasado ni futuro
Solo mirada presente Tiene el espejo.
El aquí y el ahora
Entre el espejo Y mis ojos.
Se reclaman
El perro vagabundo Y el crío de papi y mami.
¿Por qué tanta quietud
De las garzas a la orilla Del albañal?
"Recuerdo a Ryokan"
Se reventó la cometa Intacto quedó Cielo y viento.
Sigue sin pausa,
No se deja atrapar El viento en la telaraña.
Lucero: tu existir
Para ungir de lumbre Ese tallo de araucaria.
El rastrojo
También tiene derecho A florecer. |