Guayacán   Gualanday 
 Guásimo   Chamburo 




No cesa de cantar
Violinista de caminos
¡Ah, la chicharra!




Mientras una flor
Muere de hermosura
Una estrella también brilla.




¡Una flor sin nombre ilustre!
En el rastrojo
Se pierden todos los caminos.




No sabe educar, pero
El interés para
La iguana en el árbol.




La silla mecedora
Se balancea solitaria
Como si el viento se hubiera sentado.




En la jaula, el jilguero
Todavía canta
Pero olvidó tejer nidos.




Para sentir el mío
Posé mi mano
Sobre tu corazón.




En el abismo de la flor
Solo la abeja tiene permiso
Para extender sus alas.




Este silencio
No es ausencia de palabras:
Solo es una espera.




A la huella del perro
Le falta una hoja
Para ser una margarita.




No puede la lluvia,
No puede el viento
Remendar la flor marchita.




Escardando
¡Un par de ojos saltones!
El sapo y yo brincamos.




Una hojita te abriga
Pero toda la florescencia
Para ti, colibrí.




Como si desgranara maíz
La niña en el andén
Cuenta monedas.




La brisa lo agobia
Aún no tiene lágrimas
El sauce llorón.




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 Guásimo   Chamburo