No cesa de cantar
Violinista de caminos ¡Ah, la chicharra!
Mientras una flor
Muere de hermosura Una estrella también brilla.
¡Una flor sin nombre ilustre!
En el rastrojo Se pierden todos los caminos.
No sabe educar, pero
El interés para La iguana en el árbol.
La silla mecedora
Se balancea solitaria Como si el viento se hubiera sentado.
En la jaula, el jilguero
Todavía canta Pero olvidó tejer nidos.
Para sentir el mío
Posé mi mano Sobre tu corazón.
En el abismo de la flor
Solo la abeja tiene permiso Para extender sus alas.
Este silencio
No es ausencia de palabras: Solo es una espera.
A la huella del perro
Le falta una hoja Para ser una margarita.
No puede la lluvia,
No puede el viento Remendar la flor marchita.
Escardando
¡Un par de ojos saltones! El sapo y yo brincamos.
Una hojita te abriga
Pero toda la florescencia Para ti, colibrí.
Como si desgranara maíz
La niña en el andén Cuenta monedas.
La brisa lo agobia
Aún no tiene lágrimas El sauce llorón. |