Susana Dorantes Herrera "Mientras escribo haiku me enfrento con el terror de ver la hoja en blanco, entonces descubro que el oficio del haiku consiste en tratar de no ensuciarla. Por eso evito tener un borrador a la mano: para no tener pretexto de escribir lo innecesario."
mirando estrellas
el barrio quedó a oscuras tras la tormenta
hojarasca
y colillas se han juntado en los baches
sola y sin sueño
de madrugada lavando trastos
el metro asoma
y mi cabello... sobre el andén
despunta el día
palomas del zócalo vuelan en círculos
amanecer
suena contra la acera caca de pájaro
todavía llena
brilla la luna llena sobre el semáforo
noveno piso
apenas la ramita por la ventana
el viento sopla
entre edificios viejos se oye en los pinos
junto al río
una hilera de farolas prendidas
azoteas
caen gotas de la ropa recién tendida
lleno el vagón
la flor en su mano es más amarilla
noveno piso
¿cómo llegaste hasta aquí pequeña hormiga?
suena el teléfono
el reloj del rincón marca las doce
atardecer
brillo de espejos rotos en la basura
gotas de lluvia
y la luna asoma entre las nubes
oscuridad
salvo el bastón del ciego contra la acera
abandonado
quedó un ramo de rosas sobre el asiento
casi al bajar
rodó hasta mis pies un limón seco
noche de invierno
con letras de neón "hotel de paso"
madre e hijo
por cada paso que doy él da cuatro
ya la apagan
queda llena de noche toda la casa
la tarde sopla
una pluma de tórtola entre las hojas
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