V. Hoyos Durante muchos años pensé que la luna llena en realidad era un hoyo en el cielo que podría conducirnos hacia otros mundos. Y por ende, nunca vi el famoso conejo. Un día tuve la desgracia de abrir una enciclopedia y enterarme de que en 1969 el ser humano había llegado a eso que se conoce como: luna.
A partir de ese momento todo cambió para mí. En la página aparecía una imagen bastante extraña que me tomó algún tiempo comprender. Era la huella de un zapato de astronauta sobre la superficie de la luna.
mira mamá
un hoyo blanco en el cielo la luna llena Desde entonces, todas las noches busco la luna donde sea: en los charcos, en las fachadas, en los parabrisas, en los botones, en los relojes, en los apagones, en los anteojos, en las azoteas, en las coladeras, en las ventanas, en los trenes, en los árboles, en los taxis, en los patios, en los cristales, etc., aunque no siempre la encuentro...
luna de ayer
un ciego en el metro vende lámparas de mano Afortunadamente siempre aparece cuando menos la espero, y eso vuelve las noches eternas.
torre de cristal
el portero y la luna en la fachada
ventana del bus
sobre una de las cabezas viaja la luna Israel López Balan
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